La
colección combina cortes limpios y colores modernos con siluetas de influencia
clásica. Muchas de estas últimas están inspiradas en los tradicionales vestidos
de gala con falda voluminosa y cintura ceñida de los años 50.
La
paleta de color utilizada incluye tonos discretos, así como otros sumamente
audaces. Destacan negro, nude, azul medianoche, lila, verde perico, jade y rosa
orquídea. En cuanto a materiales, Clara González en esta ocasión optó por
encajes, failles, organzas, chifones y crepés para crear prendas muy femeninas
y elegantes.
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